Sexualidad y vejeces: derribando mitos

El pasado viernes 17 de marzo fuimos invitadas por Plan Ibirapita, MIDES y REDAM Lavalleja a brindar un taller sobre sexualidad y vejez con perspectiva de género. Estuvo dirigido a mujeres mayores de distintas ciudades y pueblos de Canelones y Lavalleja.

Fue una jornada super enriquecedora para todas, donde nos vimos interpeladas en nuestras propias creencias y prácticas. Abarcamos los conceptos de “edadismo” “viejismo”, develando mitos y prejuicios sobre el envejecimiento, la vejez y la sexualidad.

El “edadismo” es la tercera causa de discriminación a nivel mundial, luego del racismo y el sexismo (OMS 2021). 

En lo que respecta a las personas mayores, el conjunto de estereotipos y prejuicios se conoce como “viejismos”, que son concebidos y perpetuados a nivel socio-cultural, y se naturalizan con consecuencias negativas sobre la salud integral de las personas mayores.

Algunos ejemplos de viejismos son: que las personas mayores son pasivas, dependientes, deprimidas, aburridas, abuel@s, como niñes, frágiles, enfermas, entre muchos otros; y en lo que a sexualidad se refiere “ASEXUADOS”.

Los viejos y viejas que desean y manifiestan querer o tener una sexualidad presente y una vida sexual activa, son tildados de “perversos”, “asquerosos”, “desubicados”. Son víctimas de una sociedad que atribuye la sexualidad a la juventud, con todo el peso de los inalcanzables cánones de belleza actuales. 

También, es una sociedad que no reconoce que la sexualidad nos atraviesa toda la vida; es decir, desde que nacemos hasta que morimos. Esto también deja de lado lo fundamental la importancia de reconocer y promover la educación sexual en las infancias y en la madurez.

La sexualidad es un aspecto central del ser humano que abarca múltiples dimensiones. Allí interactúan factores biológicos, psicológicos, socioeconómicos, culturales, éticos y religiosos o espirituales. Incluye todo lo que tiene que ver con: sexo, identidad de género, orientación sexual, erotismo, placer, deseo, reproducción, intimidad.

En la vejez, los principales mitos que circulan son el de la pérdida del deseo y la disfunción genital.

Si bien existen cambios reales a medida que envejecemos, estos no son limitantes de la sexualidad. Por ejemplo, con la entrada al climaterio en las mujeres, —“período de transición que se prolonga durante varios años e incluye el antes, el durante y el después de la menopausia” (NoPausa, 2021)– y la variabilidad hormonal, principalmente de los estrógenos, acontecen múltiples cambios a nivel anatomo-funcional y psicoafectivo. 

Sin embargo, a pesar de estos cambios, la capacidad excitatoria sigue intacta, el clítoris no pierde sensibilidad y la capacidad orgásmica no se ve reducida, por lo que es imprescindible estar informadas para evitar efectos negativos sobre nuestra salud integral (incluida la sexualidad). 

Durante el intercambio con las participantes de la jornada, la mayoría manifestó que escuchó sobre estos prejuicios y muchas veces los tomó como un hecho. Todas estuvieron de acuerdo con que la sexualidad es parte plena de nuestra vida a lo largo de todo el trayecto vital, consideran fundamental formarse y actualizarse en estas cuestiones y también hacer llegar el mensaje a la juventud, que serán, en sus palabras, “los próximos viejos”. El taller finalizó con el compromiso de las participantes de desarrollar una campaña de impacto, para difundir, socializar y replicar este mensaje en sus comunidades.

 

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