3 consejos para negociar tu rol como abuelo o abuela 

Es el “día de los abuelos” (y abuelas) y en todas partes hay celebración. Los medios de comunicación muestran publicidad con imágenes de viejos y viejas canosos y de lentes, felices rodeados de nietos y nietas. Abuelas cocinando, abuelos leyendo cuentos, transmitiendo historias y conocimiento. 

Pero lo cierto es que estas imágenes románticas no representan a la gran variedad de abuelos y abuelas que existen, y refuerzan el estereotipo de persona mayor. Por eso, es muy común que a cualquier persona vieja se le diga “abuelo” o “abuela”, aunque no lo sea. 

Al ejercicio del rol de abuelo o abuela se le llama abuelazgo.

Pero, si efectivamente eres abuelo o abuela, se suman otros desafíos, como navegar el abuelazgo elegido vs abuelazgo impuesto. Para ayudarte, en este post te contamos qué es el abuelazgo y cómo negociar tu rol para lograr una dinámica familiar saludable y feliz. 

¿Qué es el abuelazgo?

Según Marín y Palacio (2015), “el abuelazgo es la participación de los abuelos y abuelas en los procesos de crianza o cuidado de sus nietos y nietas, ya sea de manera central o periférica”. 

El abuelazgo es un rol, y como todo rol, se ejerce con libertad

Hay abuelos y abuelas que lo ejercen con límites sanos, otros por imposición. Hay quienes no son abuelo o abuelas, hay quienes lo son pero no mantienen un vínculo con sus hijos/as o nietos/as. Y están los abuelos y abuelas que no tienen un vínculo de sangre. 

Por eso, podemos afirmar que ser abuelo o abuela es una elección.

Abuelazgo elegido vs abuelazgo impuesto

Cuando este rol es voluntario, puede tener efectos beneficiosos sobre la salud física, psicológica y emocional de las personas mayores:

  • Mejora del estado de ánimo;
  • Mayor actividad física y mental;
  • Fortalecimiento de los vínculos familiares;
  • Mejora de la autoestima;
  • Las personas mayores se vuelven referentes y personas de confianza.

Sin embargo, la vida laboral y familiar es muchas veces difícil de conciliar. Las dificultades para encontrar personas de confianza para el cuidado de los niños/as/es, sumadas a la carga económica, hacen que muchas familias tengan que delegar ese cuidado en los abuelos y abuelas. 

Como resultado, naturalizan esa responsabilidad para evitar tensiones con sus hijos/as, y acceden a jornadas de cuidados (muchas veces de más de 8 horas diarias), que los obligan a dejar de lado sus propios intereses y necesidades. 

Esta situación puede provocar efectos adversos, tales como:

  • falta de libertad para decidir sobre el propio tiempo;
  • sensación de agobio;
  • problemáticas intrafamiliares por la toma de decisiones sobre la crianza de los niños/as.

3 consejos para negociar tu rol como abuelo o abuela

  1. Se honesto/a con tu situación, marca tus límites y cuál es el alcance de tu rol. Por ejemplo: ser quien los lleve al club una vez por semana, o quién los va a buscar a la escuela martes y jueves para merendar. 
  2. Asígnate o negocia tareas que sabes que vas a poder llevar adelante, no asumas cargas que no puedes sostener. Por ejemplo, puedes ser quien les prepare el almuerzo o la cena, pero no quien los bañe. 
  3. Comparte con tus hijos/as tus proyectos personales y lo importantes que son para ti en esta etapa. Eso los ayudará a entender la relevancia de mantener un equilibrio saludable. 

Esperamos que estos consejos para negociar tu rol como abuelo o abuela te sirvan para disfrutar de ese papel de una forma saludable y feliz. Recordá lo importante que es crear y preservar tus propios espacios de cuidado y esparcimiento sin comprometer tu dinámica familiar. 

Si tienes dificultades para conciliar este rol, ¡en Espacio Manituana podemos ayudarte! Nuestro CLUB para vejeces dignas, activas y diversas está destinado a personas mayores autónomas que busquen un espacio de pertenencia, esparcimiento y promoción y cuidado de la salud. 

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